Ana Ocáterli comenzó a escribir poemas cuando tenía 12 años. Publicó algunos con el nombre de pila (Anabel González) en la revista Mosaico, de la Facultad de Filosofía y Letras, de la Universidad Nacional de Cuyo y en Zig-zag, de la Biblioteca Popular Lucila Barrionuevo de Bombal. En 2009, el poema Luto anticipado cerró el ensayo La conducta suicida de Mabel Ulloa D’Agostino (Dunken). Una tímida selección de estos y otros escritos apareció en el blog Habra Poesías.
En junio de 2013 mismo año nació Ocáterli, un apellido que juega con las sílabas de las musas griegas de la poesía, Calíope, y de la música, Euterpes. Lo utilizan Ana y la hermana, música y viajera, Evan Ocáterli. En enero de 2016 Ana Ocáterli publicó el primer libro de poemas, Sombras de colores (Bubok), que presentará este año en la Feria del Libro de Mendoza. Escribe en el blog Anaocaterli.com
***
Despeinada
Las aspas del molino
estropeaban mi peinado
y no había disculpa que desenredara
tanto vómito peludo de gato tibio
haciéndose león.
Y no hallé aspirinas
para la culpa pegajosa
de virgen niña
de buena madre
de pobre inútil.
Hoy apenas alcanza el acomodo
de tantos libros ya ordenados
para que más gigantes tomen asiento.
Pasen, adelante, aquí siempre hay lugar
y tiempo y ganas de pelear con ustedes.
Y no habrá excusas
ni analgésicos ni lógica
para espantar más fantasmas
de los ya nacidos
crecidos
reproducidos
y muertos
bajo estas pestañas.
*
Encierro
Mi celda no alcanza
para cuidarme del mundo
porque el mundo ingresa por las hendiduras
de las puertas y las ventanas
el mundo exhala justo aquello que necesito.
Para liberarme
deberé quemar la celda
o dejar de respirar.
Despeinada
Las aspas del molino
estropeaban mi peinado
y no había disculpa que desenredara
tanto vómito peludo de gato tibio
haciéndose león.
Y no hallé aspirinas
para la culpa pegajosa
de virgen niña
de buena madre
de pobre inútil.
Hoy apenas alcanza el acomodo
de tantos libros ya ordenados
para que más gigantes tomen asiento.
Pasen, adelante, aquí siempre hay lugar
y tiempo y ganas de pelear con ustedes.
Y no habrá excusas
ni analgésicos ni lógica
para espantar más fantasmas
de los ya nacidos
crecidos
reproducidos
y muertos
bajo estas pestañas.
*
Encierro
Mi celda no alcanza
para cuidarme del mundo
porque el mundo ingresa por las hendiduras
de las puertas y las ventanas
el mundo exhala justo aquello que necesito.
Para liberarme
deberé quemar la celda
o dejar de respirar.
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