Bruno Di Benedetto nació en Avellaneda, provincia de Buenos Aires en 1955. Desde 1979 reside en Puerto Madryn. Ha coordinado talleres de escritura y creatividad para escritores y docentes en diversas ciudades del país. Desde 2005 es capacitador del Plan de Lectura de la Provincia del Chubut.
Sus textos integran antologías publicadas en Argentina, Colombia, España e Inglaterra.
Ha publicado Vengan juntos (relatos) y los poemarios Palabra irregular (Premio Convocatoria Escritores Inéditos, Chubut, 1987), Complicidad de los náufragos, Dormir es un oficio inseguro (Premio Fondo Editorial Chubut, 2003), Country (Ed. El Suri Porfiado, 2009), Crónicas de muertes dudosas (Premio de Poesía Casa de las Américas 2010, Ediciones en Danza), Nada (Editorial Ruinas Circulares, 2014), Crítica de la espera (Ediciones de la Eterna, 2015) y Cámara de niebla (DelValleBajo Ediciones, 2015).
***
Presente
En ese tajo de luz terminan todos los futuros menos uno.
Se habla al borde de la voz: la tensión de la cuerda vocal
aprieta el nudo corredizo; jugamos al ahorcado, y nunca
hay una palabra que ocupe el lugar del vacío. Una timba
el tiempo; se juega todo o nada sobre el filo de una yilé:
el futuro, que es todo, se vuelve
pasado, que es esa nada
mal llamada memoria. La memoria de quién. Me moría
de qué. Nunca vamos a llegar a la otra orilla: el presente
es un escorpión fiel a su naturaleza, se hunde en la rabia
de no ser nunca igual a sí mismo, y muere preguntando
mal llamada memoria. La memoria de quién. Me moría
de qué. Nunca vamos a llegar a la otra orilla: el presente
es un escorpión fiel a su naturaleza, se hunde en la rabia
de no ser nunca igual a sí mismo, y muere preguntando
por qué.
(De “Cámara de niebla”, 2015)
Nudo
En el centro de la galaxia hay
un nudo de estrellas atado a la oscuridad:
giran alrededor de algo que es menos que nada,
un puntazo por debajo de la línea de flotación del infinito.
Pero el agujero brilla por su ausencia sólo para el ojo:
lo imposible pesa cuatro millones de veces más que el sol.
Hemos brillado
hemos brillado, amiga mía,
pero todavía no sabemos si la vida
es girar alrededor de lo que no existe,
o alrededor de lo que existe demasiado.
En el centro de la galaxia hay
un nudo de estrellas atado a la oscuridad:
giran alrededor de algo que es menos que nada,
un puntazo por debajo de la línea de flotación del infinito.
Pero el agujero brilla por su ausencia sólo para el ojo:
lo imposible pesa cuatro millones de veces más que el sol.
Hemos brillado
hemos brillado, amiga mía,
pero todavía no sabemos si la vida
es girar alrededor de lo que no existe,
o alrededor de lo que existe demasiado.
(Inédito)
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